Esto lo escribió un amigo mío, solo que esta es la primera parte y el post anterior del 24 de junio era la segunda parte. Su blog que ya no existe era Abriendo Murallas.
Ayer caminaba muy tarde en la noche, pensando si hoy cuando apareciera por mi casa, por fin le diría mi gran secreto. Viene todos los fines de semana porque le gusta el calor de mi casa y porque nos llevamos tan bien. Somos primos y como soy solo, (es decir mis padres también) su visita me alegra mucho. Yo se que me quiere y sabe que yo también, pero no sabe que yo estoy enamorado. Cuando se ama de esa manera, sin que la persona que tú amas lo sepa, es tan difícil, tan doloroso. No es tan simple que esta noche se lo diga, no puedo. Necesito saber si mi amor será correspondido. Además debo pensar que puedo forzar la situación y luego simplemente no quiera aparecerse más por mi casa, aunque en ese caso yo no me quedaría sin hacer nada, pues estoy decidido a jugármela, sólo que no estoy seguro si ha llegado el momento. Siempre quise saber lo que era estar enamorado y cuando estoy a su lado siento lo que significan las olas del mar, el viento de la cordillera, o caminar sin rumbo en la noche. Siento que el amor está cerca, está tan cerca, en mi propia casa y quiero cuidar estos momentos mágicos. No quiero provocar que por mi culpa no quiera verme más. Nunca más. Esta noche tal vez le dé un beso si es que se presenta la oportunidad, pero la verdad es que no estoy preparado. Hace tiempo que quiero derribar la muralla, que si tengo que esperar, esperaré. Estoy seguro que al otro lado de la muralla encontraré el amor. Encontraré una razón para considerar la vida como bella..
